Mostrando las entradas con la etiqueta Citas y fragmentos. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Citas y fragmentos. Mostrar todas las entradas

martes, marzo 24, 2009

Última mirada del amor

Susan Sontag preparada para su funeral. Foto de Annie. Ultimo gesto del amor:


"(...) la fotografía es un arte elegíaco, un arte crepuscular. Algo bello puede ser objeto de sentimientos tristes porque ha envejecido o decaído o ya no existe. Todas las fotografías son memento mori. Hacer una fotografía es participar de la mortalidad, vulnerabilidad, mutabilidad de otra persona o cosa."

Cita tomada de "Sobre la fotografía" de Susan Sontag, Ed. Alfaguara, p. 32.

viernes, octubre 03, 2008

The call up

by The Clash

It's up to you not to heed the call-up
'N' you must not act the way you were brought up
Who knows the reasons why you have grown up?
Who knows the plans or why they were drawn up?

It's up to you not to heed the call-up
I don't wanna die!
It's up to you not to hear the call-up
I don't wanna kill!

For he who will die
Is he who will kill

Maybe I wanna see the wheatfields
Over Kiev and down to the sea

All the young people down the ages
They gladly marched off to die
Proud city fathers used to watch them
Tears in their eyes

There is a rose that I want to live for
Although, God knows, I may not have met her
There is a dance an' I should be with her
There is a town - unlike any other

It's up to you not to hear the call-up
'N' you must not act the way you were brought up
Who give you work an' why should you do it?
At fifty five minutes past eleven
There is a rose...
Yeah!

Podes ver el video aquí.

Tags:

jueves, septiembre 25, 2008

¿36 años sin Pizarnik?

36 por 3= nacimiento (1936), edad al irse en 1972 y tiempo pasado hasta hoy. Ella sigue, insiste. Siempre llega de maneras nuevas, inesperadas.

Para recordarla copiaré algunas entradas o fragmentos de sus "Diarios", siguiendo la edición de Lumen.

Si querés leer una nota que escribí para cuando los fueron los 30 años de su muerte, podés hacerlo aquí.



28 de febrero de 1962
"(...) Para demostrar a algo o alguien que eres una muchacha que no cruje ni se rompe cuando la dan vuelta, bajas las escaleras soñando con la bañadera llena de sangre." (p. 216)


6 de mayo de 1962
"(...) Si algún día llega en que no tendré más miedo de quedarme absolutamente sola a causa de un lenguaje más verdadero, mis palabras serán como relojes o como instrumentos científicos «de alta fidelidad»." (p. 218)


17 de junio de 1962
"Incomodidad con mi cuerpo. Lo terrible de ser bella en ciertas partes y horrible en otras. Así por ejemplo, en vez de mis hermosos ojos verdes y miopes preferiría un par de ojos castaños sumamente vulgares. En vez de mis pequeñas caderas suavemente redondeadas un cuerpo derecho y delgado, anguloso si quieren, pero sin escoliosis. La desviación de mi columna es imperceptible pero yo la siento, yo la siento.
Si hablo tanto de mi cuerpo y si tanto medito en él es porque no hay nada más. Me siento muerta, en el colmo del objeto. Me miro en el espejo. ¿Para qué? ¿Para quién? Tengo miedo y estoy muerta."


martes, septiembre 23, 2008

Relaciones peligrosas

De cómo se relaciona mi escribir, con el amor hacia Pizarnik y mi gusto por CSI Las Vegas y CSI NY:

"Escribir es buscar en el tumulto de los quemados el hueso del brazo que corresponda al hueso de la pierna. Miserable mixtura. Yo restauro, yo reconstruyo."

de Extracción de la piedra de locura (1968).

jueves, septiembre 01, 2005

Sutra XLVII


"Cuando la conciencia se encuentra completamente liberada del deseo de obtener resultados, se nos revela la verdadera naturaleza de las cosas".


Tomado de Aforismos del Yoga (Yoga sutras) de Patanjali
Debate Editorial.

martes, julio 19, 2005

Grito, por Wittig / Zeig

Grito

Las amantes vociferan, gritan desaforadamente, aúllan, protestan, se desgañitan, se fatigan, sollozan, gimen, mugen, braman, maúllan, llenan el aire con sus estridencias, gruñen, ronronean, rugen, chiflan, roncan, susurran, ululan, halagan, pían, murmuran, canturrean, gorjean, gorgotean, graznan, arrullan, suspiran. Todos estos gritos se efectúan al hacer el amor o simplemente al dedicarse a alguna tarea.

Monique Wittig / Sande Zeig
del libro "Borrador para un diccionario de las amantes".

domingo, septiembre 26, 2004

El hambre de las iguales

"Si concebimos al feminismo como algo más que una etiqueta frívola, si lo concebimos como una ética, una metodología, una manera más compleja de pensar sobre, y por tanto de mayor responsabilidad al incidir en las condiciones de la vida humana, necesitaremos un autoconocimiento que solamente puede desarrollarse a través de una continua atención apasionada a todas las experiencias femeninas. No puedo imaginar una evolución feminista que nos conduzca a cambios radicales en los campos de lo privado y de lo político que no esté enraizada en la convicción de que todas las vidas de las mujeres son importantes y que las vidas de los hombres no pueden ser entendidas enterrando las vidas de las mujeres. Para hacer visible el significado completo de las experiencias de las mujeres se necesita una reinterpretación del conocimiento en términos de esa experiencia. Esta es ahora la tarea más importante del pensamiento.
Si esto es así, no podemos trabajar solas. Más nos vale enfrentar el hecho de que nuestra esperanza de pensar, contra la fuerza de una visión del mundo mutilada y mutilante, depende de la búsqueda y la entrega de nuestra fidelidad a una comunidad de mujeres compañeras trabajadoras. Y más allá del intercambio y de la crítica del trabajo, debemos preguntamos cómo podemos hacer posibles las condiciones para trabajar no sólo para nosotras sino para todas. No es una cuestión de generosidad. No es generosidad lo que hace que las mujeres en comunidad se apoyen y nutran entre si. Es más bien lo que Whitman llamó "el hambre de los iguales” – el deseo de un contexto en el cual nuestras propias preocupaciones sean amplificadas, aceleradas y aclaradas en cooperación con aquellas que son nuestras iguales".

-Adrienne Rich-

AR: Lo que sé lo aprendí haciendo poemas
Algunos poemas de Rich

lunes, septiembre 20, 2004

Del diario personal de Pizarnik

"26 de septiembre:

(...) Son las cuatro de la tarde. ¡Oh, sol! ¡Oh, árboles humildes plenos de verde! La primavera se me presenta como una epopeya popular que extrae todo hacia un exterior horroroso.

la flor es la voz de la tierra.

el viento es un trozo de oxígeno disfrazado de fantasma, que vaga silbando una canción que nunca pasa de moda.

una cerda es una señora burguesa, muy gorda, que fue raptada por los indios que reducen los cráneos de los blancos pero que con ella se salieron de la norma acostumbrada y le redujeron todo el cuerpo; luego de rasurarla, la encerraron... pero se olvidaron un rizo en el trasero.

el reloj es un viejo que murió de un ataque al corazón y luego resucitó (para vengarse de los que se sentían molestos con el ruido de sus latidos)."

una Página de Alejandra Pizarnik

viernes, septiembre 17, 2004

martes, agosto 17, 2004

Relojes de Arena

Pues bien, hoy puedo decir que he re-comenzado mi colección de relojes de arenas, no tan caras ni llamativos como los de este link, pero sí dos muy bellos que encontré recorriendo unas galerías, esta tarde. Uno tiene arena celeste y el otro amarilla. Yo ya tenía uno de arena ¿rosada? que compré hace como 18 años más o menos.
Me fascinan esos objetos. ¿Qué me encuentro buscando alguna imagen para linkear? Un texto de Ernst Junger, autor alemán que me gusta mucho. Y así me vengo a enterar que él también los coleccionaba.

Aquí va el fragmento que encontré en la net:

'Relojes de Arena' fue publicado a raíz de su muerte en el diario El País.

El lector conocerá sin duda esos estados de ánimo y esos ambientes en los que un objeto, que tanto puede ser uno del que nos servimos a diario como uno al que sólo dedicamos una fugaz mirada, se pone a hablarnos y se nos vuelve así simpático. Es el inicio de todas las aficiones y de todos los coleccionismos. Empezamos a profundizar en el objeto y vamos adentrándonos en su interior. Entonces él nos revela sus secretos; y si tenemos paciencia, hallaremos que un secreto sigue al otro. Aun la flor más pequeña tiene raíces en lo infinito, y lo que las descubre es la afición que sentimos por ella. Lo inaparente de las cosas es sólo un velo que las disimula.

Algo así me ha ocurrido a mí con los relojes de arena. El primero me lo regaló Klaus Valentiner, quien, como tantos otros amigos queridos, desapareció en Rusia, por desgracia. Durante mucho tiempo estuve mirando aquel reloj como uno de esos objetos curiosos que nos gusta tener encima de las estanterías o entre los libros. Hasta mucho más tarde no me llamó la atención, en el curso de mis trabajos nocturnos, que de aquella «ampolleta» -de aquel Stundenglas, aquel «vaso de horas», como también se llama en alemán el «reloj de arena»-, que estaba allí encerrada entre sus fusiformes olumnillas de hierro como en una jaula de grillos, se desprendía una calma peculiar, una vida tranquila. Aquel opalino brillo suyo, aquella sutil veladura que mostraba y que también encontramos en los vasos antiguos desenterrados en las excavaciones, ¿se los habían proporcionado a aquella ampolleta los muchos años que tenía? Sin ruido iba escurriéndose de un recipiente de vidrio al otro la blanca arena. En el de arriba se ahuecaba formando un embudo y en el de abajo se abombaba en forma de cono. Aquel montículo que allí iba creándose con instantes perdidos podía tomarse por un consolador signo de que el tiempo se esfuma, ciertamente, pero no desaparece. En la profundidad va enriqueciéndose.

A menudo se ha subrayado ese parentesco de la ampolleta, del «vaso de horas», con la calma de los estudios eruditos y con la grata atmósfera doméstica. De las dos cosas poseemos el testimonio de grabados célebres: Melancolía y San Jerónimo en su celda, de Durero. Vemos en el primero a un caviloso ángel que sostiene con una mano un compás y se encuentra rodeado de instrumentos fáusticos entre los que aparecen cristales, balanzas, series de números. Contra un fondo cósmico arde un fuego de alquimista. El segundo de los grabados nos muestra a san Jerónimo escribiendo en su celda. El mobiliario lo componen libros, candelabros, vasijas, hojas de papel cubiertas de anotaciones, una calavera, un crucifijo. Debajo del banco hay un par de zuecos; la luz del sol penetra a través de los cristales emplomados.

En ambos grabados resulta notable un gran reloj de arena, un verdadero «vaso de horas». En ambos el reloj se encuentra a mitad de su recorrido, lo que quizá significa que la mirada del grabador ve plenamente entregados a su actividad tanto al ángel como al santo. Con ello está en consonancia el que en el grabado Melancolía la balanza se halle en equilibrio, la campana oscile, el fuego arda. Nos encontramos en las profundidades del tiempo.

Por Ernst Jünger .

sábado, junio 19, 2004

Obsequio

"¿... amor será obsequiar al otro con la propia soledad? Pues es lo máximo que se puede dar de sí.

-Clarice Lispector-

sábado, junio 05, 2004

Colonización... Devastación

"Esta civilización tiene por leyes: aquel que está desprovisto de máquinas, cañones, armas, bombas, gases asfixiantes, se convierte en presa de sus vecinos o del enemigo más armado."

Antonin Artaud